Manejo de las reservas
Hay que dejar fuera el aspecto político en el manejo de las reservas internacionales. Preocupa el uso de las reservas para el financiamiento de gasto público
Hay que dejar fuera el aspecto político en el manejo de las reservas internacionales. Preocupa el uso de las reservas para el financiamiento de gasto público
La reforma a la Ley que crea el Fondo para la Estabilización Macroeconómica (FEM), sancionada a mediados de 2005, desvirtuaba el sentido y la función de un instrumento financiero tan importante como el FEM en una economía como la nuestra, tan dependiente del volátil negocio petrolero internacional
A pesar de la bonanza petrolera que se vivía a mediados del año 2005 debido al incremento de los precios petroleros y a la política expansiva de gasto del gobierno, alertábamos sobre la gestación de una crisis económica que se materializaría con la simple estabilización de los ingresos petroleros
Sobre los efectos que tendría la reforma de la Ley del BCV hecha a mediados de 2005, según la cual el instituto emisor tendría que establecer el nivel adecuado de reservas internacionales y transferir las reservas excedentarias al Fonden para financiar gasto público
Desde el punto de vista económico, la ruptura de relaciones con EE. UU. podría tener efectos muy adversos sobre Venezuela
Sobre la necesidad de un manejo cuidadoso y muy bien definido de los recursos asignados al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) para evitar aumentos dislocados de la oferta monetaria.
Sobre las reacciones internacionales que se estaban produciendo en 2005 ante los altos precios del petróleo y la posición que debería tomar Venezuela
El interés de vender hidrocarburos a China y de profundizar los esfuerzos de integración con el resto de los países suramericanos es algo positivo, pero sería un grave error si esas acciones tuvieran como objetivo de fondo el distanciamiento de nuestros socios económicos tradicionales, específicamente de los Estados Unidos
Sobre por qué no coincidía con el optimismo manifestado a comienzos de 2005 por algunos voceros gubernamentales en materia de control de la inflación, y por qué creía que el problema no sólo continuaba, sino que, incluso, podía empeorar, como de hecho sucedió
Sobre las perspectivas económicas de 2005, que dependían grandemente del comportamiento de los precios petroleros, que habían comenzado a crecer en 2004, posibilitando una política fiscal netamente expansiva. Advertíamos que parecía que no aprendemos que lo prudente es ahorrar buena parte de los ingresos adicionales que percibimos en los años de altos precios, para así amortiguar los efectos nocivos que se generan cuando éstos se debilitan