Reacciones energéticas

Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 30 de abril de 2005

 

Durante los últimos días se han producido importantes anuncios internacionales en materia energética, en respuesta al dislocado comportamiento reciente de los precios petroleros. Por una parte, Arabia Saudita reveló un plan para aumentar su capacidad de producción de crudos de 11 millones de barriles diarios a 12,5 millones en los próximos 4 años, pudiendo llevar esa cifra hasta los 15 millones. Los Estados Unidos, por su parte, anunció su intención de elevar su capacidad de refinación a través de la construcción de nuevas refinerías, y de reflotar el desarrollo de plantas de energía nuclear, noticias que sorprenden ya que hasta ahora muchos consideraban que, por razones ambientales, esas inversiones eran impensables en ese país. Adicionalmente, se mencionó la intensión de explotar nuevos yacimientos petrolíferos en el norte de Alaska, y de hacer un uso más intensivo de otras fuentes de energía, como la eólica.  Esto, combinado con los esfuerzos que se hacen en otras partes del mundo por elevar la capacidad de producción de crudos y por racionalizar la demanda de energía, son respuestas lógicas a los actuales altos precios petroleros.

Venezuela, en ese contexto, no puede jugar un papel pasivo, orientado exclusivamente por intereses de corto plazo que busquen obtener los precios más altos posibles para su petróleo. Por el contrario, al igual que los países del Golfo Pérsico, nosotros poseemos unas de las más elevadas reservas de hidrocarburos del planeta, por lo que en todo momento tiene que ser primera prioridad la preservación de valor en el largo plazo de ese enorme patrimonio. A diferencia de las naciones con escasas reservas, quienes buscan obtener el mayor precio posible por sus limitados recursos, a nosotros nos interesa que los precios se mantengan en niveles razonables por mucho tiempo, para así evitar el desarrollo de fuentes alternativas de energía que desplacen al petróleo en relativo breve plazo. Para lograr esto se necesita una oferta mundial dinámica y suficiente para satisfacer la creciente demanda, no sólo de crudos sino también de productos derivados.

De allí la necesidad de elevar substancialmente la producción de nuestro petróleo, asegurar los mercados para éstos, y aumentar su capacidad de refinación, objetivo este último que exige contar con refinerías especializadas en el procesamiento de crudos extrapesados, por demás escasas a nivel mundial.

 

Imagen: t13.cl