Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 22 de enero de 2005
En un foro recientemente realizado en la Asamblea Nacional sobre las perspectivas económicas del país se hicieron múltiples planteamientos con los que coincido, pero otros con los que difiero. Entre estos últimos está el referente al éxito que se ha tenido en materia inflacionaria, planteándose que se va por buen camino, pues la inflación es cada vez menor.
Si bien el ritmo de aumento de los precios se ha moderado, en parte debido a acciones exitosas como la creación de una red de distribución masiva de productos básicos a bajo costo, aún la inflación es muy elevada, y su paulatina desaceleración se ha logrado en gran medida en forma artificial, a través de subsidios masivos que otorga el gobierno. Todos sabemos, y esto lo hemos expresado múltiples veces, que esas subvenciones son muy onerosas, y su mantenimiento en el tiempo dependerá cada vez más de los ingresos petroleros que perciba el fisco. No se está controlando el problema atacándolo en sus raíces, sino mitigándolo y encubriéndolo a través de medidas artificiales, costosas y cuya permanencia dependerá del comportamiento de una variable tan volátil como los precios del petróleo.
También se planteó allí que la inflación represada en años anteriores, causada por los aumentos mucho más intensos de los precios al mayor en comparación con los que padecía el consumidor, estaba prácticamente extinguida, ya que durante los últimos meses la inflación a nivel de mayorista era prácticamente la misma que a nivel de detal. Tampoco coincido con esa apreciación. Cuando en los años pasados los detallistas no podían transferir a sus precios de venta los sostenidos e intensos aumentos que tenían que pagar a nivel de mayorista, ya que los consumidores no podían absorberlos, sus márgenes de beneficio se vieron severamente reducidos, generando esto una inflación represada que se materializará tarde o temprano cuando los consumidores puedan asimilar mayores precios y los detallistas vean la oportunidad de ajustar sus mermados márgenes. Lo que se logra con la igualación de las inflaciones a nivel de mayorista y detallista es impedir que aquella inflación represada siga aumentando, mas no que la misma desaparezca.
Por todo lo anterior, no coincido con el optimismo manifestado por algunos colegas en el mencionado foro en materia inflacionaria. Creo que el problema no sólo continúa, sino que, incluso, puede empeorar en el futuro.
Imagen: Notihoy.com.