Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 28 de junio de 2003
Hace pocas semanas culminó la gestión en nuestro país de un extraordinario embajador, Adriano Benedetti, quien por varios años estuvo al frente de la embajada de Italia. Durante su estadía entre nosotros no sólo veló por los intereses de su país, sino que también se interesó sinceramente por nuestros problemas, buscando en todo momento la forma de contribuir a su solución. Fue un gran promotor de Venezuela en Italia, debiéndosele a él la culminación de importantes acuerdos bilaterales, entre ellos el convenio sobre protección y promoción de inversiones, y el de cooperación en materia industrial, de infraestructura y de desarrollo, factores que contribuyeron a que se quintuplicara la inversión italiana en nuestro país durante los últimos años, a pesar de la adversa coyuntura que vivimos.
La gestión de Benedetti también será recordada por los aportes que hiciera en el área social y cultural. Así, el apoyo que le dio al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela fue simplemente admirable, no sólo por haber sido artífice de la cooperación que le ha prestado el gobierno de su país a este maravilloso movimiento, sino por la promoción que de él hiciera en Italia, lo cual permitió que se materializara una gira triunfal de la Orquesta Nacional Juvenil por ese país, presentándose en los más renombrados escenarios culturales de esa nación. En cuanto a lo social, hay que decir que no sólo fue su actuación la que cristalizó en importantes aportes, sino también la de Marina, su extraordinaria esposa, la que dejó huella imborrable. En efecto, su destacada y desinteresada gestión como presidenta de la Asociación de Damas Diplomáticas se tradujo en importantes aportes financieros a instituciones venezolanas de asistencia a los más desposeídos, recursos que se recaudaron a través de la realización de actividades organizadas por dicha asociación.
Si bien la partida de tan singular pareja es sentida por los que tuvimos la suerte de tratarlos, también es de gran satisfacción saber el alto cargo que ahora ocupa Adriano Benedetti en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, designación que creo, sin temor a errar, estuvo influenciada por su excepcional desempeño en nuestro país.
Agradecimiento y reconocimiento es lo que todos debemos a Adriano y a Marina Benedetti por la notable gestión que aquí desarrollaron. Honor a quien honor merece.