Se enfatiza sobre las consecuencias adversas de la política de hostigamiento gubernamental a las empresas privadas, lo cual les dificulta grandemente su actividad productiva. Eso, a su vez, incrementa la dependencia de las importaciones, haciendo muy vulnerable a la economía a reducciones abruptas de los precios petroleros. Se concluía diciendo que el gobierno podía violar leyes económicas básicas por un tiempo, como lo estaba haciendo, pero no por siempre. Se alertaba que esa violación tarde o temprano generaría consecuencias muy negativas, como de hecho sucedió.