El caudillejismo
Sobre cómo alertábamos en los meses anteriores a la elección presidencial de diciembre de 1998 sobre la necesidad de elegir a una persona capaz de liderar el proceso de cambio requerido en el país, y no a un caudillejo que, al igual que los del pasado, no fuera capaz de generar bienestar y progreso a la población, sino que tan sólo ofreciera vengar nuestra frustración a través de la eliminación de los jerarcas del caduco y corrompido sistema anterior, e implantar políticas incoherentes y agotadas que ya han fracasado