Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 11 de diciembre de 2004
Si bien es cierto que el precio nominal promedio de exportación de los hidrocarburos venezolanos del presente año es el más alto de la historia, al corregirlo por el efecto inflacionario se llega a una conclusión muy diferente. En efecto, si expresamos el valor de cada barril que vendemos internacionalmente en dólares constantes de 2004, concluimos que hoy percibimos menos de la mitad de lo que nos pagaban por un volumen similar en 1981, y que el precio promedio real al que estamos vendiendo nuestro petróleo este año equivale al de 1978, cuando se abarataron los crudos debido a una situación de sobreoferta, que luego se revirtió en 1979 y 1980 en respuesta a la crisis en Irán después del derrocamiento del Sha y de su ulterior guerra con Irak.
La comparación es aún más contrastante cuando hacemos los cálculos en términos per cápita. En efecto, a pesar de que en 1981 sólo exportamos 1,74 millones de barriles por día, es decir, 64% del volumen que hoy vendemos (de acuerdo a cifras oficiales), el valor de esas ventas externas por habitante, expresadas en dólares de 2004, eran 2,2 veces mayores que las de este año. Adicionalmente, el poder de compra interno del ingreso per cápita percibido por concepto de exportaciones petroleras es hoy 27% menor que en 1981.
En otras palabras, la renta petrolera real por habitante que hoy ingresa por concepto de exportación de hidrocarburos, si bien es abundante e importante, es muy inferior a la que se percibió en épocas pasadas. Por ello decimos que, por una parte, el efecto locomotor que sobre la economía puede tener en la actualidad una política expansiva de gasto público, a través del cual se inyecten los altos ingresos petroleros que estamos percibiendo, es limitado y, por la otra, que esta economía sigue siendo muy vulnerable a la volatilidad petrolera internacional, haciendo muy difícil evitar una crisis en el mediano plazo cuando los precios de exportación de hidrocarburos retornen a niveles más normales.
Se están cometiendo los mismos errores que tanto le criticamos a las administraciones pasadas, cuyas políticas fiscales se caracterizaron por un desbocado crecimiento del gasto en los buenos años petroleros, para luego caer en profundas crisis durante los años de bajos precios, con efectos demoledores sobre la calidad de vida de los venezolanos. Pensar que esta vez será diferente es pecar de insulso, por decir lo menos.
Imagen: rnv.gob.ve