Publicado en el diario “El Nacional” de Caracas. Lunes 2 de agosto de 2010
Después del colapso de los precios de exportación de petróleo de la segunda mitad del 2008 debido a la profunda crisis financiera internacional, éstos mostraron una franca recuperación en los primeros ocho meses de 2009, para luego estabilizarse en torno a 70 dólares por barril. De hecho, el precio promedio de exportación en lo que va de este año es de 69,68 dólares por barril, el cual es mayor al del 2007, y muy superior al de los años anteriores. Incluso, si expresamos los precios de los años precedentes en dólares constantes de 2009, para así limpiarlos del efecto inflacionario, el precio actual es muy superior a los existentes en el período de la bonanza petrolera que vivimos hasta 2007. De allí que sea muy válido preguntarnos por qué, a pesar de estar exportando a estos altos precios, la economía no sólo no está creciendo, sino que se encuentra en una profunda recesión.
La respuesta a ese interrogante tiene varios componentes. El primero es que las altas tasas de crecimiento de los años de la bonanza se produjeron principalmente como consecuencia de una política expansiva de gasto público, a través de la cual se inyectaban a la economía los recursos petroleros adicionales que ingresaban, generando esto un crecimiento sostenido de la oferta monetaria que, a su vez, estimulaba la demanda, particularmente al consumo privado. Esto último incentivaba la actividad productiva, generándose altas tasas de crecimiento del PIB. Por ello, bien puede decirse que el factor locomotor central de aquella bonanza fue el franco crecimiento del gasto público. De allí que durante esos años dijimos en múltiples ocasiones que una de las condiciones necesarias, mas no suficiente, para mantener el gran dinamismo económico era que los gastos gubernamentales reales siguieran mostrando altos crecimientos a lo largo del tiempo, para lo cual se requería que los ingresos petroleros, y en consecuencia los precios de exportación, experimentaran sostenidos y crecientes aumentos. Decíamos entonces que no bastaba con que los precios se estabilizaran en niveles elevados, sino que los mismos debían seguir creciendo cada vez con mayor intensidad, como condición de base para aspirar a mantener las altas tasas de crecimiento de los años de bonanza, haciendo la salvedad de que aun cuando ese aumento de precios se diera, era probable que el crecimiento económico fuera menos intenso debido a los francos signos de agotamiento que ya estaba mostrando el modelo económico aplicado. Los hechos nos dieron la razón. A pesar de que los precios se han estabilizado en niveles elevados, no sólo no hemos seguido creciendo, sino que nos encontramos en una gran recesión.
Otro factor que también ha contribuido a este comportamiento tan adverso es la reducción de los volúmenes de producción y exportación de Pdvsa, los cuales están muy por debajo de los reportados oficialmente, ratificándose los estimados de la OPEP, la AIE y otra serie de fuentes de alto prestigio internacional, que coinciden en señalar que lo que exportamos es mucho menos de lo que oficialmente se dice. A ello hay que agregar que buena parte de los volúmenes que se exportan no generan ingreso de divisas, ya que, están destinados a pagar ventas anticipadas de petróleo a China y a otros países, se financian a largo plazo a través de programas como Petrocaribe, o se envían a Cuba, quien aparentemente los cancela con la prestación de servicios médicos y de otra índole.
Imagen: activistpost.com