Pdvsa, empresa del primer mundo

Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Viernes 10 de septiembre de 1999

 

En las primeras declaraciones públicas del nuevo presidente de Pdvsa éste dijo que esa organización era una empresa del primer mundo en un país que está lleno de miseria.  Nada más cierto que eso.  Creo que la connotación de esa expresión es por lo demás relevante, siendo el caso que varias personas con las que he comentado la frase en cuestión coinciden conmigo en el significado que le asignamos a la misma, que no es otro que el deseo del nuevo presidente de poner a esa organización más al servicio de sus accionistas, es decir, de todos los venezolanos, reduciéndose así el divorcio que, según él y muchos otros líderes del nuevo gobierno, ha existido en el pasado entre Pdvsa y la realidad social del país.  Por ello es válido preguntarse de qué forma se debería buscar el logro de ese objetivo.

Al igual que en el caso de cualquier corporación, uno de los objetivos centrales de Pdvsa tiene que ser la protección de los intereses de sus accionistas a través de la maximización del retorno que éstos reciben de la empresa.   Esto exige que esa sea una organización eficiente, que se preocupe permanentemente por reducir sus costos, que realice las inversiones óptimas, y que en todo momento busque los mejores resultados del negocio que realiza.  En otras palabras, que sea una empresa que permanentemente per­siga los mayores niveles de excelencia.   Eso se hace particularmente difícil de lograr en el complejo y competido negocio petrolero mundial, por lo que el sitial de vanguardia que ocupa Pdvsa entre las grandes corporaciones petroleras internacionales es un gran logro que hay que reconocer y preservar a toda costa.  Eso no ha sido producto de lo for­tuito; por el contrario, el profesionalismo de su personal, la búsqueda permanente de la excelencia y el alto nivel de su gerencia, han sido factores críticos para alcanzar y mante­ner esa posición de liderazgo, o de primer mundo, como la calificó el nuevo presidente de esa empresa.

Por eso me preocupa lo que está sucediendo. Las repetidas manifestaciones de cambio de ideología (?) para tomar en cuenta la difícil situación económica y social del país, son anuncios que además de ambiguos y vagos, causan mucho daño, ya que, además de desmoralizar y crear zozobra entre el personal gerencial y técnico de la industria, afectan la imagen de Pdvsay del país en su conjunto, desincentivándose así las inver­siones, y desmejorándose la percepción de riesgo de ambos en los mercados financieros internacionales.   Leer reiteradamente en la prensa la existencia del “frente revolucionario de Pdvsa”, grupo comandado por políticos vocingleros y fulleros ajenos a esa organi­zación, que buscan la politización de la industria y la eliminación de la llamada “merito­cracia”, es algo que desmoraliza y angustia debido a los efectos devastadores que esas iniciativas pueden tener en la principal industria del país, particularmente en momentos en los que se está produciendo un importante éxodo de personal gerencial de primera categoría que no comulga con los cambios que se están dando.

Hay que llamar a la reflexión y a la sensatez, para evitar que decisiones motivadas por intereses políticos bastardos, o por el deseo de venganza y desquite personal, afecten el desempeño de esa industria fundamental, lo cual, a su vez, iría en desmedro de la eco­nomía y de todos los venezolanos, particularmente de aquellos que menos tienen y que más necesitados están.

Por el contrario, lo que en todo momento tenemos que buscar es el mejoramiento de nuestra industria petrolera.  Al igual que en cualquier corporación, en Pdvsa hay múltiples áreas en las que se puede actuar para incrementar su eficiencia, aumentar su participación en programas sociales y ambientales, mejorar la capacitación de sus empleados, elevar el nivel de su gerencia y mejorar los resultados de la gestión de nego­cios. Es allí donde hay que concentrar los esfuerzos a futuro, porque es a través de la búsqueda de la excelencia cómo nuestra empresa de primer mundo puede maximizar sus aportes para vencer la pobreza y la miseria que afecta a tantos compatriotas.

 

Imagen: runrun.es