Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 20 de septiembre de 2003
Si bien la integración económica con países más desarrollados es algo complicado, que hay que manejar con cuidado para evitar consecuencias adversas generadas por asimetrías, prácticas desleales, subsidios, etc., sin duda alguna, ésta también abre grandes oportunidades, particularmente a países como el nuestro. En un reciente artículo aparecido en el Wall Street Journal a raíz de la última reunión de la OMC en Cancún, se describen las experiencias de asociación de varias cooperativas agrícolas norteamericanas con productores de México y Chile, países que tienen tratados de libre comercio con los Estados Unidos.
Esas alianzas les han generado grandes beneficios a todas las partes. Así, las cooperativas han incrementado sus ventas a terceros mercados, como Asia y Europa, ya que sus socios del sur producen productos en períodos del año en los que, por razones estacionales, no se puede cosechar en el norte. Adicionalmente, les resulta menos costoso suplir mercados distantes, incluso dentro de los EEUU, desde terceros países, ya que los fletes son menores. Por su parte, los productores latinoamericanos han visto incrementadas sus ventas en forma considerable, ya que aquellas asociaciones les han posibilitado el acceso a grandes mercados, permitiéndoles esto ampliar sus actividades y generar empleo.
Algo similar ha ocurrido en sectores fabriles. En efecto, múltiples empresas que antes acudían a tácticas desleales, como denuncias infundadas de prácticas de dumping contra competidores foráneos que pretendían penetrar sus mercados, ahora buscan asociarse con éstos, a los fines de crear grandes centros de producción en países en vías de desarrollo con los que se tienen acuerdos de libre comercio. Ello lo hacen para aprovechar las ventajas competitivas que existen en esas naciones debido a disponibilidad de materias primas abundantes, energía barata o menores costos laborales. Las repercusiones que esto trae son obvias: mayor inversión extranjera, efectos multiplicadores sobre otros sectores, generación de empleo, incremento de las exportaciones y diversificación de las actividades productivas, para sólo mencionar algunas.
Es por ello que organizaciones que en sus inicios intentaron bloquear las negociaciones de integración, tanto allá como acá, pues pensaban que la misma les generaría una competencia inconveniente, ahora apoyan decididamente iniciativas de este tipo.
Imagen: integracion-lac.info