Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 16 de octubre de 2004
El crecimiento incontrolado de los precios del petróleo se ha debido a múltiples factores, algunos de ellos de carácter especulativo en respuesta a la incertidumbre política reinante en varios de los principales países productores, y otros de carácter estrictamente económicos, como la creciente y sostenida demanda de China y la India, y las restricciones de oferta cada vez más severas a nivel mundial. Esto último se ha debido, en buena medida, al estancamiento de la capacidad de producción global, consecuencia de las escasas inversiones que se han realizado durante los últimos años, y de las dificultades para explotar económicamente varios yacimientos de importancia. Hay incluso quienes sostienenque en los años por venir la oferta no podrá crecer al ritmo de la demanda, por lo que los precios seguirán aumentando en forma sostenida.
Alberto Quirós plantea que en un escenario como ese, Venezuela debe realizar todos los esfuerzos posibles paramaximizar su capacidad de producción, ya que, además de contar con enormes reservas potenciales,se encuentra apartado de las áreas con altos conflictos geopolíticos, como el Medio Oriente, y muy cerca del principal comprador mundial, los Estados Unidos. Estoy en pleno acuerdo con ese planteamiento.
Sin embargo, esto no es una tarea fácil ni barata. La extracción de los crudos extrapesados de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) y su tratamiento ulterior para obtener crudos mejorados, así como la ampliación de la capacidad de refinación de conversión profunda para nuestros crudos pesados, exige grandes inversiones que no pueden ser realizadas en forma aislada por PDVSA, ya que, además de sus restricciones financieras, no dispone de la tecnología para explotar eficientemente los enormes reservorios de la FPO. Eso lo tiene que hacer en asociación con las grandes compañías multinacionales.
Sin embargo, para que éstas inviertan se requiere crear un clima propicio para ello. Sin duda, la coyuntura de altos precios incentiva a las multinacionales a invertir en un país como el nuestro, mas no hay que perder de vista que las inflexibilidades de la nueva Ley de Hidrocarburos y los cambios compulsivos de las reglas de juego a los proyectos en marcha, no ayudan a crear aquel ambiente necesario. Tenemos que implementar una nueva política petrolera, más realista, pragmática y alineada con la nueva realidad mundial.