Legitimidad

Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 10 de agosto de 2002

 

Desde la campaña electoral de 1998 los venezolanos hemos escuchado innumera­bles veces las razones que aduce el chavismo para justificar las intentonas de golpe de febrero y noviembre de 1992, argumentando que a pesar de haber sido el gobierno de CAP II legalmente elegido, el mismo había perdido toda legitimidad debido, entre otras razones, a los sucesos del 27 y 28 de febrero de 1989 y a la corrupción que caracterizó a dicho régimen.  En línea con ese argumento, es difícil encontrar otra palabra que ‘cinismo’ para calificar la actitud de los voceros del actual gobierno ante los sucesos del 11 de abril, y los hechos que hemos vivido durante los últimos meses.   Quienes invitan a celebrar el 4 de febrero como una fecha patria son los mismos que se rasgan las vestidu­ras cada vez que acusan de golpistas despreciables a los actores del 11 de abril, a quienes atribuyen el crimen de intentar derrocar a un gobierno constitucional y legalmente elegido.

Por aquello de que lo que es bueno para el pavo lo es también para la pava, es muy válido que nos preguntemos ¿qué tan legítimo es un gobierno que defiende a unos pistoleros que dispararon a mansalva contra una concentración humana indefensa que manifestaba pacíficamente?  Igualmente, ¿cómo se podría justificar la legitimidad de un régimen que irrespeta una y otra vez la Constitución y el estamento legal que se ha estructurado en línea con sus intereses y prioridades, aprobando decretos con fuerza de ley que no cumplen con el mandato de consulta que obliga la ley, o que, bajo el pretexto de la transitoriedad, designó a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia y del Poder Ciudadano sin cumplir lo establecido en la Carta Magna?

Adicionalmente, ¿qué legitimidad puede tener un gobierno que, al igual que regí­menes totalitarios y execrables como los de Mussolini y Hitler, de dictadorzuelos de pacotilla como Noriega, o los de tiranos como Stalin y Castro, propicia la creación de brigadas armadas anárquicas que con todo descaro violan la ley, amedrentan y causan zozobra en la población, violando sus derechos fundamentales?   ¿Qué tan legítimo puede ser un gobierno cuyos altos voceros mienten descaradamente, acusando a la Policía Metropolitana de las violaciones y desmanes que todos sabemos que causan las bandas terroristas que ellos aúpan?  ¿Cómo aceptar la legitimidad de unas autoridades que usando las tácticas más burdas obstruyen cualquier iniciativa para que se conforme una comisión independiente y con participación de miembros internacionales que investigue los crímenes que se cometieron el 11 de abril y días subsiguientes?

¡Basta ya de farsas!  Hasta cuándo vamos a tener que soportar el descaro, la mentira y el cinismo de este gobierno corrupto, que si bien fue legalmente elegido, al igual que lo fue el nazismo de Hitler en la Alemania de los años 30, ya ha perdido toda legitimidad, pues muchos de sus procederes y acciones están reñidos con la legalidad y con la ética que tiene que observar cualquier régimen democrático.

 

Imagen: noticiaaldia.com