Inflación represada

Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 27 de julio de 2002

 

La depreciación abrupta de una moneda no sólo genera presiones inflacionarias directas por el súbito encarecimiento de las importaciones, sino también indirectas, debido al ajuste de los precios de los bienes y servicios locales, incluso de aquellos con un bajo o con ningún contenido importado.  Esto último se produce por las mayores exigencias de los propietarios de los factores de producción nacionales, quienes buscan incrementar sus ingresos para compensar la carestía producida por el encarecimiento de la divisa, haciendo que aumente el transporte, los alquileres, los salarios, etc.  Adicio­nalmente, los productores y comercializadores de los productos ajustan sus precios al materializarse la devaluación, ya que, aun cuando estos bienes hayan sido producidos o adquiridos antes del ajuste cambiario, el costo de volverlos a producir o a reponerlos será substancialmente mayor.

Sin embargo, los ajustes inflacionarios que se producen en los diferentes eslabo­nes de la cadena productiva tienden a ser de distinta intensidad, por lo menos en los pri­meros estadios del proceso.  Esto es precisamente lo que está sucediendo en Venezuela.  En efecto, de acuerdo a los estimados del Banco Central de Venezuela, la inflación que se ha materializado desde que se decidió la flotación del tipo de cambio ha sido mucho mayor que en los meses precedentes, pero también muy disímil en los distintos estadios de la cadena productiva.  Así, entre febrero y junio de 2002 el aumento del índice de precios a nivel de productor fue de 16,3% y a nivel de mayorista fue de 21%, mientras que a nivel de consumidor fue de 9,8%.  Cabe preguntarse por qué se han producido estas diferencias tan marcadas.  La razón principal ha sido la profunda recesión que hoy se vive, producida por una intensa caída del consumo debido a la contracción experimentada por el poder de compra de los venezolanos.  Éstos no sólo se han visto afectados por los aumentos de precios ya mencionados, sino también por los ajustes limitados de sus sala­rios, y por el aumento notorio del desempleo y del subempleo debido al cierre de múlti­ples empresas.

La mayor recesión, a su vez, ha impedido que los comerciantes a nivel de detal puedan incrementar sus precios con la misma intensidad que han subido sus costos, ya que ello implicaría una caída aún mayor de sus ventas, debido a la incapacidad de los consumidores de absorber mayores precios.   Esto, obviamente, significa una reducción del margen de beneficio de los detallistas, los cuales, tarde o temprano buscarán repo­nerlo a sus niveles históricos.  Cuando esto suceda, sin duda se materializará una mayor presión inflacionaria a nivel de consumidor que hoy se encuentra represada.

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Deseo expresar mi pesar por la desaparición de un estimado amigo, Carlos Chá­vez, pionero del periodismo económico en Venezuela, y quien por muchos años laboró en El Universal. Vaya mi palabra de condolencia a sus familiares y allegados.

 

Imagen: 20some.com