Publicado en el diario “El Nacional” de Caracas. Lunes 26 de marzo de 2012
Todos aceptan que uno de los requisitos fundamentales para lograr el desarrollo de cualquier país es la materialización de una sólida y sostenida inversión en maquinarias, equipos e infraestructura, pues sólo así se crea el capital físico y el aparato productivo eficiente, funcional y generador de empleo de calidad, que permite producir los bienes y prestar los servicios que demanda la población. Sin duda, ese es un requisito básico para lograr el anhelado objetivo de contar con una economía progresista, pujante y diversificada, que experimente un alto y sostenido crecimiento, con estabilidad de precios y bajo desempleo. Pero tan importante para el logro del desarrollo sustentable es la creación del capital físico y productivo, como la generación del capital humano que el mismo requiere.
Muy poco avanzaría una sociedad que contando con un abundante acervo de recursos naturales y bienes de producción, es huérfana de personas capacitadas y emprendedoras que sepan y estén dispuestas a explotar de forma óptima el patrimonio físico del que se dispone. Ese capital humano requerido se forma a través de la educación, pero no de cualquier educación, sino de una óptimamente estructurada, planificada, bien manejada y dotada de los recursos que requiere. Pero, ¿cuál es esa educación ideal que debemos implantar?
Recientemente un grupo de destacados venezolanos se abocaron a la tarea de responder esa interrogante, y el fruto de ese loable esfuerzo se cristalizó en un extraordinario libro recientemente presentado que lleva por título Educación para transformar al país. Ese estudio, desarrollado por 30 expertos bajo la coordinación de Luis Ugalde y agrupados en el Foro CERPE, busca como objetivo central hacer propuestas concretas, prácticas, ejecutables y retadoras en materia educativa, con el fin de contar con “una educación para formar productores de una economía diversificada y próspera y ciudadanos de una sociedad democrática y participativa, que no existen”. Es fundamental darle a los venezolanos, y particularmente a los más pobres, una educación de calidad, pues sólo así podremos aspirar a erradicar la pobreza, y hacer que los más desposeídos se incorporen activamente y se beneficien de la necesaria e impostergable transformación del país.
Se plantean allí una serie de proposiciones y acciones que buscan estructurar ese sistema educativo óptimo, desde la educación básica hasta la más especializada, basado en una serie de principios y valores que pretendan desarrollar el potencial de todos los venezolanos como individuos, ciudadanos y productores. Con ello se pretende formarlos en las áreas de su interés y habilidades, prepararlos para el desempeño social debido, y proveerles los conocimientos científicos, técnicos, gerenciales y tecnológicos que necesitan para desempeñarse debidamente en los trabajos que han de realizar.
También se proponen cambios curriculares fundamentales que busquen estructurar currículos nuevos y centrados en las competencias básicas y en los valores que se desean desarrollar. Es necesario impartir una educación moderna y pragmática que capacite para el trabajo productivo, para lo cual se requieren educadores bien formados, bien remunerados y bien valorados socialmente, dignificando así la profesión magisterial. Se requiere formar gerentes de la educación que siempre busquen el logro de la excelencia en las instituciones que dirigen, y se necesita contar con un sistema educativo descentralizado y articulado con el cambiante ambiente digital y con las redes sociales existentes. Finalmente, se plantean una serie de acciones para contar con un financiamiento educativo prioritario, equitativo y eficiente.
Importante y fundamental este aporte que hace el Foro Cerpe, que se suma a la serie de propuestas que se han venido formulando recientemente acerca de las acciones que hay que acometer para enrumbar al país por el camino del progreso y del desarrollo sustentable.