Publicado en el diario «El Universal» de Caracas. Sábado 10 de junio de 2006
De acuerdo al Banco Central de Venezuela (BCV) la inflación a nivel de consumidor en lo que va de año está en el orden de 3,6%, mientras que el incremento de los precios entre mayo de 2005 y mayo de 2006 fue de 10,4%, aumentos estos menores que los del año precedente. En otras palabras, la inflación, si bien se mantiene aún elevada —una de las más altas de la América Latina— está moderándose paulatinamente. Pero, ¿por qué está sucediendo esa desaceleración a pesar del aumento desbocado de la oferta monetaria producido por la inyección masiva de recursos a través de un desenfrenado gasto público? La razón principal está ligada a los controles de precios, a los costosos esfuerzos que hace el BCV para reabsorber parte de aquella liquidez a través de la venta de certificados de depósito a la banca, y a los masivos subsidios que está otorgando el gobierno.
Con respecto a este último punto, el Estado está vendiendo una gama de productos a precios artificialmente bajos y en cantidades muy importantes, a través de Mercal y de otros canales de distribución, ha mantenido congelado el precio de la gasolina a pesar del aumento del petróleo, y no ha ajustado las tarifas de múltiples servicios públicos que ofrece. Adicionalmente, hace cuantiosas importaciones de alimentos y otros bienes de consumo, libres de aranceles e impuestos, con dólares artificialmente baratos, subsidio cambiario que también beneficia a los importadores privados.
Todos estos factores mitigan la inflación de los transables, es decir, de aquellos bienes y servicios que pueden ser objeto de comercio internacional, mas no la de los no-transables, como los terrenos, las viviendas, los alquileres, etc., en los que se ha notado un intenso y sostenido aumento de los precios. De allí que podamos hablar de la existencia de dos inflaciones muy dispares, una muy baja y artificial, que ayuda a moderar la inflación en su conjunto, y otra substancialmente mayor, mucho más realista, que responde a las verdaderas fuerzas de oferta y demanda.
Esto es preocupante, por que cuando el gobierno no cuente con recursos suficientes para seguir subsidiando masivamente, y cuando no se pueda seguir anclando el tipo de cambio por que escaseen los dólares debido a un escenario petrolero menos favorable, los precios de los transables se sincerarán, teniendo los venezolanos que padecer, nuevamente, una inflación que hoy está encubierta.