Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 30 de octubre de 2004
Las principales economías latinoamericanas, excepto la nuestra, tendrán inflaciones de un dígito (inferiores al 10%) en el año 2004. Esta noticia llama la atención, ya que muchos de estos países fueron los abanderados de las inflaciones galopantes de hace unas décadas, o que más recientemente intentaron frenar el alza de los precios a través de severos anclajes, o incluso fijación, del tipo de cambio, cayendo a la larga en severas crisis, una vez que se hicieron insostenibles los tipos de cambio fijos que habían establecido. De ello pueden dar fe la Argentina y, aunque por razones algo distintas, Venezuela.
Pero, ¿qué han hecho esas economías para abatir tan contundentemente la inflación, manteniendo importantes tasas de crecimiento? Lo primero ha sido la implementación de prudentes políticas monetarias y fiscales. En efecto, los bancos centrales de varios de estos países, que gozan de una sólida autonomía, han manejado sus instrumentos de política monetaria en línea con los objetivos inflacionarios establecidos, buscando con ello que la cantidad de medios de pago en poder del público estén en sintonía con los requerimientos operativos de la economía real y con la moderada inflación que desean alcanzar. Igualmente, sus políticas fiscales buscan la consecución de superávit primarios para así frenar los requerimientos de nuevo endeudamiento, lo cual es fundamental en economías altamente endeudadas, como Argentina y Brasil, pues cuanto mayor sean las obligaciones financieras del Estado, tanto más difícil es acercarse al equilibrio fiscal requerido para abatir permanentemente la inflación.
Adicionalmente, todos ellos tienen tipos de cambio fluctuantes, buscando la preservación de la capacidad competitiva foránea de sus aparatos productivos, condición de base para lograr saldos externos favorables que impidan a futuro maxidevaluaciones devastadoras que sólo traen depauperación y miseria. También han puesto especial esmero en el incremento sostenido de la productividad y en la reducción de costes de producción a través del estímulo de las inversiones, lo cual permite moderar los precios, incentivar las exportaciones y elevar los salarios reales de los trabajadores, mejorándose así el nivel de vida de la población.
Si realmente queremos abatir la inflación y disminuir la pobreza en Venezuela, lo que tenemos que hacer es seguir el ejemplo de nuestros hermanos latinoamericanos.
Imagen: altag.net