Chile: Un ejemplo a seguir

Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 9 de julio de 2005

 

Hace tan sólo unas pocas décadas se citaba a la economía chilena como una de las peor manejadas en la América Latina. Ya no. Desde hace varios años su desempeño ha sido notablemente favorable, experimentando un crecimiento anual promedio superior al 5,5%, una estabilidad de precios envidiable, con una de las inflaciones más bajas de la región y del mundo (2,4% en 2004), una inversión anual equivalente a más del 25% del PIB, y un crecimiento ininterrumpido del poder adquisitivo del salario de los trabajadores desde hace más de 15 años, lo cual se ha traducido en una importante disminución de la pobreza, y en la consolidación de una pujante clase media.

Pero, ¿qué han hecho los chilenos para alcanzar esos logros? Han estructurado un plan de desarrollo integral y coherente de largo alcance, cuya implementación se ha realizado sin mayores cambios durante los últimos 20 años, independientemente de quién esté en el gobierno.

Entre los componentes más importantes de ese plan se pueden mencionar: 1- la implementación de políticas monetarias y fiscales balanceadas con el fin de lograr y preservar la estabilidad de los precios, para lo cual ha sido esencial la total autonomía del banco central; 2- la inserción de Chile en la economía globalizada, fomentando así unas exportaciones más diversificadas y crecientes, y forzando a las unidades de producción locales a ser más competitivas a nivel internacional; 3- el estímulo a la inversión privada, con la definición y aplicación de reglas de juego claras y permanentes, y con el aseguramiento de financiamiento abundante y a tasas de interés razonables, a través de una red bancaria altamente desarrollada; 4- la aplicación de un sistema de seguridad social realista y eficiente, del cual los fondos de pensiones forman una parte esencial, organizaciones que hoy tienen activos equivalentes a más del 60% del PIB. Éstos, además de realizar inversiones altamente rentables que le aseguran rendimientos satisfactorios a los ahorros de los trabajadores, se han transformado en una fuente muy importante de financiamiento a la inversión productiva y generadora de empleo; y, 5- darle a la educación una de las máximas prioridades.

Si bien falta mucho camino por recorrer y metas por alcanzar, lo logrado por Chile en esta nueva etapa de su vida económica y social debe servir de ejemplo para muchos países de la región, el nuestro entre ellos.

 

Imagen: Industriamusical.es