Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 24 de diciembre de 2005
El substancial incremento de los precios petroleros ha generado, por una parte, un aumento notable de las exportaciones de hidrocarburos y, por la otra, una mayor disponibilidad de recursos para el Fisco. Los altos ingresos petroleros, combinados con la abultada recaudación de tributos internos, llevaron al gobierno a implantar una política de gasto fuertemente expansiva, a través de la cual se inyectaron a la economía los recursos adicionales que se percibieron, haciendo que la oferta monetaria en poder del público creciera muy intensamente y que las tasas de interés se redujeran, estimulándose así la actividad crediticia.
Las mayores erogaciones del sector público, y el importante crecimiento de la demanda privada en respuesta a la mayor disponibilidad de recursos, estimularon la actividad productiva interna, particularmente la de algunos sectores tales como comercio, financiero, transporte, comunicaciones, construcción, automotriz y otros de carácter fabril. Por ello se espera que en el 2005 el crecimiento del PIB total sea superior al 9%, y que el del PIB no petrolero sobrepase el 10%, siendo las actividades privadas las que mayor dinamismo experimentaron. Ello se reflejó favorablemente en el sector laboral, haciendo que las tasas de desempleo y de subempleo se redujeran, aunque aún éstas se ubican en niveles muy elevados.
La inflación se mantuvo alta (15%), pero mostró una leve tendencia a la baja, a pesar del desproporcionado aumento de la oferta monetaria y del sólido crecimiento del consumo. Ello se debió, principalmente, a los cuantiosos subsidios otorgados por el gobierno a través de Mercal y de las distintas misiones, a los férreos controles de precios y a las masivas importaciones realizadas, muchas de ellas altamente subvencionadas.
Las transacciones externas, por su parte, arrojaron resultados muy favorables. A pesar de las desenfrenadas compras externas, las abultadas exportaciones petroleras generaron superávits muy elevados a nivel comercial y de la cuenta corriente de la balanza de pagos, contribuyendo esto a aumentar substancialmente las reservas internacionales.
En síntesis, los resultados de 2005 fueron favorables, pero ello fue producto de una política económica posibilitada por una coyuntura externa no sostenible en el mediano plazo. Nuestra economía sigue siendo muy vulnerable a los volátiles e incontrolables vaivenes del negocio petrolero.