Publicado en el diario “El Nacional” de Caracas. Lunes 11 de octubre de 2010
Cuando cosechaba grandes triunfos la orquesta juvenil Simón Bolívar después de varias giras por Europa, nacía en el seno del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela la Orquesta Infantil de Caracas bajo la dirección de Ulyses Ascanio, uno de los más dedicados directores y maestros del Sistema, que formó parte de los primeros jóvenes que hace 35 años acompañó a José Antonio Abreu en el nacimiento de esta maravillosa obra. Por esos días nos visitó el director de la Beethoven-Haus Bonn, una de las instituciones musicales de mayor prestigio mundial, y como parte de la bienvenida a tan ilustre visitante la naciente orquesta le interpretó el cuarto movimiento de la quinta sinfonía de Beethoven. Después de la ejecución el Director me manifestó su asombro, no sólo por la calidad musical de esos niños, sino por haber sido capaces de ejecutar esa difícil pieza de memoria, sin partitura.
Con el pasar de los años aquel bisoño grupo se transformó en la Orquesta Juvenil Teresa Carreño, siempre bajo la dirección de Ascanio, su dedicado director, transformándose en una agrupación de altísima calidad interpretativa que en estos momentos hace su primera gira triunfal por Europa bajo la batuta del genial Christian Vásquez, uno de los nuevos directores descollantes del Sistema.
Los dos conciertos iniciales, el primero en el Festival Beethoven de Bonn, y el segundo en la Konzerthaus de Viena, fueron rutilantes éxitos que se manifestaron con prolongadas ovaciones de los exigentes públicos de esas dos cunas de la música. Pero donde se alcanzó el paroxismo fue en Berlín, nada menos que en la Philharmonie, sede de la Orquesta Filarmónica de Berlín, donde la Teresa Carreño interpretó magistralmente la quinta sinfonía de Beethoven bajo la dirección de Christian Vásquez y la quinta sinfonía de Prokofiev baja la batuta de Simon Rattle, el director titular de la grandiosa agrupación berlinesa. Las enérgicas y a la vez depuradas interpretaciones de esas dos difíciles obras fueron vitoreadas por el exigente y culto público, que esta vez no exhibió la parquedad que lo caracteriza sino, por el contrario, mostró una euforia general que contagió a todos los presentes. El propio Rattle dio rienda suelta a su entusiasmo, al punto de que, vistiendo la chaqueta tricolor de los muchachos, se incorporó a la orquesta como un músico más durante la interpretación de una de las piezas extras al final del concierto.
Siguiendo la gira, la orquesta se trasladó a Amsterdam, donde José Antonio Abreu recibió el Premio Erasmus de manos del Príncipe Guillermo de Orange Nassau, galardón de altísimo prestigio. Un nuevo triunfo cosechó allí la Teresa Carreño, ofreciendo un excelente concierto en el afamado Concertgebouw, que fue ovacionado por el público. Si bien al momento de escribir estas líneas aún no han tenido lugar las presentaciones de la orquesta en Madrid y en el prestigioso Royal Festival Hall de Londres, no me cabe duda de que allí también deslumbrará esta maravillosa agrupación.
Llena de orgullo observar los contundentes éxitos de nuestros muchachos en los más reputados centros musicales del orbe. Todos los venezolanos debemos agradecerle a José Antonio Abreu por haber creado esa encomiable obra que es el Sistema, que hoy da este nuevo fruto que asombra al mundo. Vaya también mi palabra de reconocimiento a Ulyses Ascanio por la extraordinaria orquesta que formó bajo su batuta, y mis felicitaciones a Christian Vásquez por el gran éxito logrado. Todos ellos son orgullos venezolanos.
Imagen: versionfinal.com.ve