Publicado en el diario “El Universal” de Caracas. Sábado 14 de junio de 2003
De acuerdo a información oficial, en los cuatro primeros meses de control cambiario tan sólo se aprobó el otorgamiento de 510 millones de dólares preferenciales y se liquidaron $25 millones, cifras totalmente divorciadas de los requerimientos de divisas para el normal funcionamiento de la economía.
Esa paralización cambiaria está generando efectos muy perniciosos, ya que está obligando a múltiples empresas a suspender operaciones por falta de insumos, particularmente a aquellas que producen productos básicos cuyos precios están controlados, generando esto desabastecimientos cada vez más agudos, así como la profundización de la recesión y mayor desempleo. Adicionalmente, está causando mayores presiones inflacionarias, no sólo como consecuencia de las limitaciones de oferta, sino también como efecto del desquiciamiento del tipo de cambio en el mercado paralelo.
En efecto, la imposibilidad de obtener dólares controlados ha forzados a los agentes económicos a acudir al mercado libre para adquirir las divisas que requieren, fenómeno que se ha visto reforzado por la alta disponibilidad de bolívares producida por el represamiento de liquidez generado por el control cambiario. Paralelo a esta alta demanda, la oferta en este mercado se ha visto restringida, ya que los que venden moneda extranjera lo hacen para obtener los bolívares que necesitan para sus operaciones locales, pero ¿para qué vender dólares cuando hay abundancia de bolívares baratos?. Eso ha hecho que el tipo de cambio paralelo ya esté en torno a los Bs/$ 2.550, y que aumente diariamente a razón de Bs. 5,00, aproximadamente. Ya hemos explicado que cuando se divorcian de esa forma las tasas cambiarias controlada y libre, se tiende a utilizar cada vez más a la segunda como el tipo de cambio referencial al momento de establecer los costes de producción y de reposición de origen externo, presionándose así los precios al alza.
De allí que, como un primer paso para normalizar la situación cambiaria, urge flexibilizar los controles existentes, haciendo que fluyan más eficientemente los dólares preferenciales, y permitiendo al Banco Central de Venezuela intervenir activamente en el mercado paralelo. Es necesario e impostergable desmantelar el paro cambiario existente, generador de recesión, desempleo e inflación, factores perniciosos que se conjugan para empobrecer aún más a la ya depauperada población venezolana.
Imagen: laverdad.com